En la entrada número 31 de su Nuevo museo del chisme, el recientemente desaparecido escritor argentino Edgardo Cozarinksy evoca una escena ocurrida en la Unión Soviética, al calor de la Guerra Fría: el joven reportero Truman Capote está allí para hacer la crónica del montaje de la ópera Porgy and Bess, a cargo de una compañía de Nueva York.