Aldous Huxley ya tenía algunos años instalado en la costa oeste de California aquella mañana en que encontró, polvoriento y olvidado en uno de los estantes de alguna librería local, un pesado volumen titulado Phantastica (1924), publicado por el farmacólogo alemán Louis Lewin como tratado etnobotánico y manual de usuario.
Los individuos buscan alejarse de las penurias cotidianas, a través de distintos vehículos que contemplan desde el arte hasta el alcohol, depende de cada psique, según dicta la sentencia del psicoanalista, Sigmund Freud en El malestar en la cultura (1930).