La Ciudad de México, la tres veces fundada —su primera advocación está en aquella rodeada de lagos: México Tenochtitlan; la segunda comenzó el 13 de agosto de 1521, el día de la rendición de los mexicas; la tercera, cuando el Ejército Trigarante entró en la ciudad, el 27 de septiembre de 1821—, ha crecido a lo largo de los siglos hasta ser inabarcable para sus cronistas y sus caminantes, quienes han ensanchado tanto sus fronteras que hasta el nombre administrativo que llevaba desde 1824 se desvaneció en 2016 para dar paso al actual, más sonoro, reconocible y asaz estridente, como sus propias calles.