Sergio Loo: recuerdo de su poesía
En 2007, Sergio Loo publicó Sus brazos labios en mi boca rodando con el Fondo Editorial Tierra Adentro. Por ese entonces, Sergio tenía 25 años, y el libro era apenas su segunda obra publicada. Con la intención de conmemorarlo en su quinto aniversario luctuoso, hemos decidido publicar un fragmento de aquella obra a modo de homenaje y recuerdo.
Mi cuerpo secreto sabe
engarzarse con las piernas a una espalda ancha
aferrarse
a mordidas
a una barba
sin dejar rastro
y dormir
bajo otro pecho
Mi cuerpo sabe
gajos de mandarina abrirse
por si a él
a su hambre
le apetece
*
Rastreas
sabueso de 27 años
vestigios de Pablo en mi cuerpo
Elevas mi brazo
separas mis rodillas
olfateas
lames mi sobaco
Satisfecho me observas
Satisfecho me sonríes
Yo te abrazo y te respondo
con una mueca
que me es ajena
*
Catálogo pornográfico cada movimiento tu cuerpo confiesa a otro adiestrándote en la posición que ahora me tienes en el asombro del despliegue de orgías que contiene tu recipiente de pelo castaño y oscuros ojos
*
Su cerveza era luminosa barriga tibia su boca húmeda repetidora de Barco ebrio mientras yo amarillo me hundía sí roedores dorados me dispersaba sobre su colchón escuchando de su lengua a mi oído el agua verde más dulce que las manzanas ácidas en la boca de un niño dormido e inconexo me rendía a ojos cerrados para no reconocerme puñado ciego de trigo al viento ofreciéndome a su boca declamadora de rodales azules de vino trastocando el ancla y el timón
*
Tu cuerpo
se guarda bien doblado en tu colchón se esconde dentro de
tu cuarto se
ladea se
empina se
desprende
y cae moneda al estanque de la tráquea eterna
tu cuerpo sin fondo
*
Me muerdes me debajo de las sábanas me tus mis manos desabotonan me el sueño me enredas mis piernas se deshebran y no sé no si son tuyos los labios labios que vuelven que bajan que a mi pecho a mi ombligo a mi engullen me quiebran me vierten me
*
Ebrios barcos dando vueltas a tu colchón viejo vamos a caer de bruces dices labios bucólicos alcohólicos como la estrella que lloró rosa rodó por tu espalda el mar tornasoló pelirrojo en tus tetillas
*
Entro a la regadera me quito la ropa me tallo los hombros
De mis brazos y mis axilas se desprenden
por mis rodillas resbalan
carteles de “¿lo has visto?” con tu foto
esa que no te tomé que no te pedí que no te robé
esa que Jesús seguro en venganza
pegó en postes cantinas pasillos y vagones
Yo con un zacate que raspa como mentón de medio día
limpio
limpio mi cuello de la mugre de tus caricias
*
Su cuerpo no era lo importante A decir verdad
sólo me gustaba cuando yo estaba ebrio
Tenía las piernas delgadas las rodillas gruesas
un tatuaje mal hecho en el tobillo y un vientre
cómplice de años
y años de cerveza
Tenía el cuerpo de un adolescente envejecido y en la oreja
un arete pasado de moda
Sus manos eran torpes como su lengua tartamuda y los ojos
al primer trago se empañaban
Su barba —y con esto termino—
únicamente le crecía los martes y sábados
pero no siempre No
Su cuerpo no era lo importante
*
Te estamos brotando nido de heno en la traquea
la entrepierna las axilas y ahí
donde guardamos con llave nuestros mejores labios
nuestras caricias más certeras Te crecemos
jardín yaciente a fuerza de mordiscos te germinamos
Pablo
Jesús
Alberto
los demasiados rostros te brotamos
biografía póstuma tu cuerpo
*
Para ser tu doliente he tenido que sacarte de la carnicería donde te tenían empaquetado Y con la vehemencia de quien vende ungüentos prodigiosos he hablado de ti lo que antes ni atreverme — sí cobarde sí arrepentido — y he prendido listones rojos a tu playera y fotografías de niños extraviados con alfileres a tu pantalón He rellenado tu boca con fotocopias de salmos para que todos sepan Luis lo bondadoso que fuiste Te he colocado en un altar para que me encuentres vestido de negro arrojándote piedras En un pedestal te puse mártir vuelto de cabeza para que me arranques de este espanto y me regales San Valentín de Porres un milagrito Amén Amén Hazlo ya
*
Dime Jesús qué se siente
restriégame en la cara haber sido tú y no yo quien
llamó a la ambulancia
quién firmó el registro dime
dime cómo
con qué gesto y tono a sus familiares la noticia
les diste Dímelo
es bueno desahogarse
Cuéntame
qué tan largos son los blancos pasillos y descríbeme
qué tan idénticos son
Y si es que las pisadas de goma de los camilleros
te sirvieron de arrullo mi niño duérmete ya
Cuéntame
a que te supo el café
mientras a Luis —a tu Luis— se le desangraba
toda la maraña intestinal Ven Jesús
y nárrame
que como en las películas sus ojos
caracoles de plata
brillaron para ti
sólo para tì
y que antes de invadirte el tufo a cloro y desinfectante
nació un silencio
rotundo y vertical
de su cuerpo
Dilo Conmigo te puedes atrever