Tierra Adentro
Ilustración de Mariana González Roldán (Hidalgo, 1994)

 

Extraído del quinto número de la revista Monodemonio

 

Instrucciones para ser asaltado y no morir

1. Guarde la calma, recuerde que el asaltante solo quiere sus pertenencias, no su vida.

2. Si el asaltante no tiene armas, no le dé sus pertenencias. Sólo trata de asustarlo.

3. Si el asaltante tiene armas: cuchillo, desarmador, pistola, quítese las cosas que estén a la vista del asaltante y que sean de valor: reloj, cadenas, aretes, dinero, celular y entréguelas.

4. Si tiene algo de valor que no es visible para el asaltante, diga que lo ha perdido o que hace poco se lo robaron. A los asaltantes les suena muy lógico: si yo pude robarle, de seguro ayer otra persona también.

5. Los que tienen más experiencia siendo asaltados traen algo de dinero y un celular viejo para el asaltante, lo de valor lo guardan en la mochila, gorra de la chamarra, calcetines, brasier, ano o cualquier otro lugar en donde piensan que nadie buscaría.

6. No vea fijamente a los rateros, lo toman como un reto e intentarán golpearlo con el arma o le dejarán el desarmador en uno de sus muslos.

7. Vea de repente a los asaltantes tratando de encontrar algo distintivo: un tatuaje, una cicatriz, perforaciones, vestimenta (le será de ayuda en el punto 13).

8. Si el o los asaltantes traen armas no ponga resistencia o no cumplirá el propósito de este instructivo.

9. Si no traen armas y usted cree, ingenuamente, que otras personas lo ayudarán, intente capturar a los asaltantes y llevarlos con las autoridades.

10. Deje de ver series policíacas y películas de acción

11. Si es que, por un milagro, resulta la captura de los asaltantes, recuerde que ellos no querían matarlo (ver punto 1), usted no los mate. Tampoco piense en mutilarlos, romperles las costillas o cortarles las manos como algunos candidatos a la presidencia proponen. Un poco de dinero y un celular no valen una vida, eso lo saben los asaltantes: no es lo mismo ser ratero a ser asesino. ¿Usted lo sabe? No es lo mismo ser víctima de asalto que un mutilador. Llévelos con las autoridades.

12. Una vez capturados los rateros, enfrentará un nuevo problema: todos llevan prisa. Así que es probable que decidan dejarlos amarrados a un poste o concederles la libertad. Usen cinta americana (la gris), la canela no resistirá mucho.

13. Si decide ir al ministerio público prepárese para perder todo el día en un sistema de enredaderas y procesos burocráticos que lo harán sentirse en una novela de Kafka*.

*Nota importante: Si no sabe quién es Kafka, puede aprovechar el tiempo de espera para que tomen su declaración y leer “El proceso” o “El castillo” o ambos.

Preguntas frecuentes:

¿Sirve de algo denunciar?

R: Sí, entre más denuncias existan sobre una misma zona, las autoridades pueden mandar más vigilancia.

¿Sirven de algo las autoridades?

R: Por eso la gente no denuncia.

14. Si los asaltantes huyen con sus pertenencias llame a una patrulla y haga la denuncia. Prepárese para el punto 13.

15. Si logró salvar su teléfono, publique en sus redes sociales algún comentario de odio hacia los rateros, lo ayudará a sentirse mejor.

16. Si no logró salvar su teléfono, piense en todo aquello que odia y que lo tiene aquí: maldiga al presidente y a su mamá (la del presidente), maldiga a la pobreza, la falta de educación. Maldiga a Dios. Maldiga el hecho de no tener dinero para comprarse un carro, perder horas en el tráfico y contaminar el planeta a cambio de estar más seguro.

17. Si el asalto fue en su carro, pregúntese si de verdad era tan malo el transporte público.

18. Siga su rutina.

19. Llegue a casa.

20. Llore.

 

 

Instrucciones para cometer un asalto

 

1. Use tenis y ropa cómoda.

2. Haga ejercicio.

3. No fume.

4. Pregúntese: ¿de verdad vale la pena perder su libertad o su vida por esto?

5. Si decide que sí, continúe leyendo.

6. Lleve un arma: esto es México, su voz no espanta a nadie.

7. No pierda el tiempo buscando pertenencias, agarre lo que la gente le dé y salga de ahí antes de que noten su nerviosismo o un vengador anónimo se atreva a sacar su pistola. Esto es México.

8. Si alguien se le queda viendo amenace con golpearlo, eso les mostrará que no está jugando. Un disparo al aire es excesivo y algunas balas pueden rebotar y matar a alguien.

9. Siempre tenga presente esto: usted es un asaltante, no un golpeador, mucho menos un asesino.

10. Si llegan a capturarlo intente dar lástima: “mi hijo se está muriendo de hambre” o “mi mamá tiene cáncer” son los mejores pretextos para convencer mexicanos.

11. Si llega una patrulla diga que para que las víctimas no pierdan su tiempo en el ministerio les regresa sus cosas y ahí que quede. Que lo disculpen, pero que no volverá a ocurrir. Quizás tenga que darle algo de dinero a los policías (lleve unos 500 pesos como mínimo).

12. Puede ocurrir que antes de cometer el asalto, usted sea víctima de uno, lleve algo de dinero extra y lea el instructivo anterior.

13. No asalte en lugares conocidos. Como dice el refrán mexicano: no hay peor ratero que el que roba a su familia.

14. Si se encuentra a algún familiar o amigo en el transporte que va a asaltar, no lo salude, trátelo como a cualquiera de los demás pasajeros.

15. No asalte en lugares desconocidos: no conoce las rutas de escape, nadie lo ayudará y no sabe qué tan necesitadas están las personas; si usted está robando por necesidad, imagine qué tan necesitados están los otros que soportan un trabajo que usted no haría ni aunque le pagaran.

16. No asalte solo, es menos dinero, pero aumenta la posibilidad de seguir libre y con vida.

17. Si su compañero es capturado, no regrese por él. Él no regresaría por usted.

18. Llegue a casa.

19. Cámbiese de ropa.

20. Sonría.