Constantinopla (Fragmento)
Flavio Valerio Aurelio Constantino
Estaba naciendo en un momento preciso:
El astrágalo de una columna corintia se sacudía con los pasos del Restaurador del Este y las hojas de acanto soplaban con tanta,
Tantísima fuerza que se confundían con el aliento de un nabateo a punto de morir, ese que alzaba sus plegarias a un toro joven llamado Baal y no dejaba de mirar, con pena y amor, a su reina Zenobia y no dejaba de mirar tampoco, con pena y disgusto, a Vabalato, el joven desobediente que los llevó a la perdición.
El oro se caía de la columna corintia y Palmira se caía también mientras
Flavio Valerio Aurelio Constantino
Estaba naciendo sobre el río Nišava, una de esas pocas gotas saladas que se vierten en el Mar Negro, la abundancia de agua más apesadumbrada que hemos visto en nuestra vida, cautiva de los Dardanelos y del Bósforo.
Y él, con dolor y sus cadenas, no se alegraba de casi nada,
Casi nada más que con el desengaño de aquellos que vivían en Batumi, los que se sabían más débiles que él y no podían bañarse en el puerto de profundísimas aguas.
Eran ellos, los que nacieron para ahogarse, y era él, quien tenía cuatro nombres.
Por eso, por sus cuatro nombres, Flavio Valerio Aurelio Constantino era también una gota de agua salada que estaba naciendo a los casi tres siglos de nuestra era para gobernar sobre los que se ahogarían.
Flavio Valerio Aurelio Constantino
Estaba naciendo como hijo de Constancio Cloro, el que castigó a los pictos, y de Elena, heredera de la servidumbre, nacida también entre molinos de sal como su retoño.
–Salinas están todas las almas nacidas aquí desde los fenicios del Levante mediterráneo.
Y, hoy por hoy, Elena es una santa, cubierto su manto de albahaca en Andalucía y festejada en la Romería de las Cruces al conmemorarla el 21 de mayo o el 18 de agosto, cuando nos fuimos de aquí pensando que ese día,
Ese día caminamos con la cabeza gacha por una calle de Constantinopla como lo hicieron Zenobia y Vabalato en Roma mientras
Flavio Valerio Aurelio Constantino,
Estaba naciendo.
Este poema forma parte de Constantinopla, libro que será publicado en la colección Lágrima de Batavia de Posdata Editores.