Confidencias
tengo por escritorio el esqueleto de una cama de madera aún duermo en un colchón viejo sobre el suelo y despierto en las mañanas con deseos de que el invierno pase pronto para recostarme en la playa bajo el sol con los ojos cerrados sintiendo el calor de la brisa
esta semana solo hubo dinero para comprar leche en polvo avena y café
esta semana hubo tiempo para mirar por horas el mar golpeando el cemento de la costanera a los perros ladrar a los autos que cruzan la calle del hospital para regresar a la habitación que arriendo y lavar un poco de ropa ordenar el pequeño escritorio junto al sonido de la gotera cayendo en el tarro de pintura.