2001
2001
Me acuerdo de que una tarde de sábado del año 2001, debe haber sido octubre o noviembre… no, creo que más bien, fines de noviembre, me vestí con un traje color turquesa que tenía un estampado de caballos. Era un saco y una pollera, de corte medio sastre, pero de tela blanda de poliéster, que había comprado en 1998 en la galería Bond Street. El saco tenía un cinturoncito.
Bueno, me acuerdo de que esa tarde me puse ese traje y zapatos de taco y dije: ¡Hoy me llevo el mundo por delante!, ¡hoy me llevo el mundo por delante! Y me fui a una lectura en la Casa de la poesía. ¡Llevarse al mundo por delante en la casa de la poesía! Ja: tengo que poner “ja”. Qué gracioso.
Pero yo soy así y cada uno juega sus cartas en la vida.
Yo jugué las cartas de la sensibilidad.
Obviamente, llevarme el mundo por delante era conocer a un chico que me amara, porque ese sábado estaba sola, pero también era estar totalmente absorta en la Sensibilidad.
Con una falda de poliéster tableada, ¡completamente absorta en la Sensibilidad!