Hace unos días apareció en las novedades de las librerías el bellísimo tomo de la Narrativa breve completa de Joseph Conrad, editada por los amigos de Sexto Piso. Como sello característico de publicación de longsellers de alto calibre, imaginamos un ejercicio a partir de la reescritura de tres cuentos clave de la obra del autor de El corazón de las tinieblas.
Reescribir es arrancar las hojas, cegar lo inanimado y obligarlo a caminar sobre sus cuerdas vocales rasgadas. En la escritura resuena un estribillo, una constante del proceso. Sabemos que soñamos porque se repite, casi como un vaivén, una voz como eco.
La desmesura de la invención, la variedad de registros, la profundidad de inmersión de viaje hacia los lugares más oscuros y recónditos de la mente y la delicadeza descriptiva están presentes en estos nuevos cuentos. Se quitaron los límites, la historia sobrevive en la intertextualidad, en los nuevos sonidos, las nuevas formas; encontramos palimpsestos corrompidos, incluso, por la representación, la narración llevada a escena. Aquí, hay una voz conjunta compuesta de vidas.