A las 11 de la mañana del 16 de septiembre una comitiva sale de Dolores, la forman, según los optimistas, 600 hombres, y la acaudillan el cura del pueblo, llamado originalmente por sus exalumnos de la universidad de Valladolid, El Zorro, y los capitanes de las tropas territoriales Ignacio Allende, que tiene la nariz rota, Juan Aldama, Mariano Abasolo y Joaquín Arias, que iba en condición de chaquetero y espía de los realistas, que de todo hay en la tierra del señor.