Crear desde mi lugar de nacimiento ha significado estar estrechamente relacionada con las problemáticas que acontecen en él. Uno no puede permanecer ajeno a su contexto ya que, de una u otra forma, todos somos parte de él. Por fortuna puedo decir que he tenido apoyos desde el 2011: selecciones y reconocimientos en concursos de grabado nacionales y en el extranjero, como en la Bienal Internacional de Grabado José Guadalupe Posada y el Certamen Ladrus de Grabado Iberoamericano.
Exploro y abordo a partir de cuestionamientos personales, problemáticas sociales con las que me identifico. En mi último proyecto de gráfica hablo sobre el fenómeno de la violencia en los medios impresos y su consumo, a partir de reflexionar si uno como ser humano es naturalmente violento. Mi interés gira en torno a la exposición del cuerpo en los medios masivos, a través de la muerte y la sexualidad, así como la nota roja y la prensa sensacionalista en México, reflejo de ciertos fenómenos sociales como la violencia.
Hay quienes consideran mis piezas un tanto incómodas, por el tema y el formato, porque cuestionan nuestra posición como espectadores y consumidores de violencia. También creo que hacen falta espacios que promuevan el trabajo de artistas emergentes. El estado del arte en México está en crecimiento porque existen propuestas artísticas que buscan incluir a la sociedad en el quehacer artístico y programas de la iniciativa pública y privada que apoyan el desarrollo de estos proyectos. Pienso en Abraham Mascorro Morales y Carlos Salazar, ambos artistas visuales.
He ido incorporando las nuevas tecnologías a mi trabajo, ya que me han permitido explorar y expandir mi proceso creativo. Al momento de plantear una imagen, creo en la computadora una gama de posibilidades de salida y ya después tengo la opción de escoger y trabajar la que más me interese.