Tierra Adentro
Memorias de ceniza

 

Fotografía de José Guadalupe García de Haro

Fotografía de José Guadalupe García de Haro

 

«Esta banda recuerda al más puro rock and roll en español de los años ochenta. Los zacatecanos son la mejor prueba de que para hacer algo bien no se necesita gran distorsión, sino tener algo que contar mediante letras e imágenes que sean el sostén de cada una de las canciones». Roberto Rivera Murillo, para Tierra Adentro.

Zacatecas, Zacatecas

Los resabios coloniales permean las calles de la capital zacatecana y a sus habitantes. Además de compartir similitudes onomásticas con el libro homónimo de Eva Díaz Pérez, Memorias de Ceniza tiene evidentes influencias literarias que se ven reflejadas en sus letras. La banda toca un rock duro, afligido, casi poético. Aunque por momentos es inmensurable su deuda con unos Héroes del Silencio de la primera época, se nota una tendencia parecida a la de grupos mexicanos de los noventa como Consumatum Est y Ansïa y al rock progresivo. Con fortaleza y sensibilidad, la banda camina por senderos existencialistas; su música mira al interior como si se tratara de una mina abandonada «donde serpientes se devoran entre ellas». Su canción «La Guarida» (como se llamará su primer disco) es un ejemplo en tonos sombríos y pesados, sin prescindir de cierto tono pop en las guitarras, de lo que el grupo cocina en algún cuarto de ensayo con vista a una ciudad llena de fantasmas de la historia.

Recuerdos olvidados