Revista Tierra Adentro núm. 86
Celebración de la poesía
Junio-julio de 1997
80 pp.
Por razones históricas, pero sin duda también por tradición y por la índole de una sensibilidad, la poesía ha sido el único género de la literatura mexicana presente en todas las épocas, aquél que bien puede ser considerado como la base de su continuidad a lo largo del tiempo. La poesía le ha dado a nuestra literatura algunas de sus más grandes obras y, asimismo, su primer Premio Nobel.
La coincidencia de dos importantes aniversarios —el centenario del nacimiento de Carlos Pellicer y las tres décadas cumplidas de existencia del Premio de Poesía Aguascalientes— convierte a 1997 en un año de la poesía mexicana, en un año de celebración, por lo que uno y otro significan, de una de las más ricas tradiciones de México.
Carlos Pellicer desempeña un papel medular en esa tradición. La enfrentó, al continuarla. A la modernidad, y fue uno de los que abrieron la puerta a quienes vendrían a renovarla. Su propia obra cubre los tres cuartos de siglo en que esa renovación de la sensibilidad —poética lo mismo que literaria y artística— se operó.
El Premio de Poesía Aguascalientes, llamado por su parte a cubrir el último tercio del siglo, ha llegado a ser, ya a punto de hacerlo, una ventana al paisaje surgido después de esas transformaciones. Nacido en el interior de la República, prestigiado como el premio más importante del país en el género, ha servido como bitácora de las distintas direcciones seguidas por la poesía escrita en México durante los últimos años.
Estas celebraciones de un poeta y un reconocimiento a los poetas motivan a este reencuentro con la poesía mexicana. Agradecemos profundamente al pintor Carlos Pellicer López, al investigador Ramón Bolívar y, en particular, al Instituto Cultural de Aguascalientes y a su director Enrique Rodríguez Varela, su ayuda para hacerlo posible.