Revista Tierra Adentro núm. 75
Homenaje a Edmundo Valadés
Agosto-septiembre de 1995
64 pp.
La muerte de Edmundo Valadés (Guaymas, Sonora, 1915), colaborador cercano de Tierra Adentro desde el inicio de su segunda época, y amigo de la revista desde su fundación, llenó de tristeza al medio cultural mexicano. Al dar principio a un nuevo periodo, en que modificamos nuestro diseño y nos vinculamos a la Coordinación Nacional de Descentralización, para Tierra Adentro es una obligación —un deber que cumplimos con gusto— el rendirle homenaje.
Con su muerte desapareció uno de los más destacado cuentistas del siglo —basta recordar dos libros, La muerte tiene permiso y Las dualidades funestas, con los que conquisto un lugar sobresaliente entre los practicantes de ese género— y un incansable promotor de su mayor efecto, el cual dio título a una revista —El cuento— que a lo largo de los años (los primero números se remontan 1939) se volvió una especie de enciclopedia en la materia, mil y una noches acumuladas por el paciente y amoroso trabajo de don Edmundo (el don se volvió parte de su nombre) haciendo convivir a los clásicos con los autores nuevos, a los textos anónimos con los descubrimientos de joyas olvidadas, al fruto de la individualidad más concentrada con aquel otro nacido en el inconsciente colectivo y en la inventiva popular. De su infatigable vocación de lector dan fe las numerosas e imprescindibles antologías que hizo.
Se dio tiempo en los últimos años, además de su trabajo en El cuento, para animar la revista Frontera Norte, donde mostró su sensibilidad ante la literatura y el arte que se da en los estados mexicanos de esa región y participó, desde su origen, como pieza clave y necesaria, en el jurado que otorga las becas de apoyo a revistas independientes convocadas por nuestra revista. Su atención e interés en la literatura de los jóvenes fue admirable, nunca escatimó los consejos que su experiencia como escritor y editor le permitan dar. El éxito de este programa de becas le debe mucho a su participación, por lo cual se ha decidido, a partir de la quinta edición, darle su nombre.
Por eso Tierra Adentro quiere rendirle en este su primer número de su nueva época —y 75 de su existencia de más de dos décadas cumplidas— un homenaje estamos seguros que a Edmundo le gustará verse rodeado de amigos y jóvenes escritores, que así, al escribir y al hablar de él, prolongan su obra y su entusiasmo. Digamos que es para celebrar sus ochenta años.