Tierra Adentro

Revista Tierra Adentro núm. 50

El mar
Noviembre-diciembre de 1990
100 pp.
 

Hemos querido celebrar la quincuagésima edición de Tierra Adentro compartiendo con los jóvenes creadores de las diversas entidades de nuestro país no sólo las páginas de esta revista, sino también nuevas perspectivas de publicación para ellos.

Reproducimos íntegramente el acta del jurado que dictaminó los resultados de nuestra convocatoria de apoyo a la edición de revistas independientes, de carácter primordialmente literario y artístico, que entre sus objetivos tuviesen, de manera particular, la promoción y difusión de la literatura y el arte producido por los jóvenes mexicanos. Las publicaciones seleccionadas recibirán a partir del próximo mes de diciembre la primera ministración de apoyo económico al que se han hecho acreedoras. Asimismo, damos aquí noticia de los primeros títulos con los que inicia nuestro fondo editorial, el cual deseamos refleje la nueva búsqueda de nuestra literatura, las nuevas voces de nuestra creación.

El mar —decía Álvaro Cunqueiro— es mucho más complejo, en su realidad y en su fantasía, que todo lo que podamos imaginar desde tierra firme. Por ello, quizá, hemos elegido la vastedad de su temática para enlazar como meandros tributarios de este inmensurable asunto a notables creadores literarios y plásticos que acopian en estas páginas su quehacer con un sinnúmero de jóvenes. Hemos reunido poetas y pintores, narradores y ensayistas, y de esta manera Tierra Adentro se ha ceñido, como propios, casi todos los espacios litorales del país. Anticipamos aquí la más reciente y, como siempre, luminosa palabra de Álvaro Mutis, atisbamos en la novela futura de Federico Campbell, en un inédito de Rafael Bernal, y en la crónica paceña de Raúl Antonio Cota. Indagamos en las motivaciones marinas de García Terrés. A su manera, David Huerta, Vicente Quirarte y David Martín del Campo reflexionan sobre nuestros poetas y el mar. Una renga anticipa, en el juego de la palabra, esmeradas traducciones que como un obsequio marino entrega José Luis Rivas. La poesía siempre joven de Elías Nandino y la fortaleza versificada de Eduardo Lizalde, proceden a los versos de otra generación: Rivas, Esquinca, Argüelles; todos ellos, a su vez, como el anticipo de otra nueva literatura finisecular que, páginas adelante, se funden con otro puñado de narradores y poetas de diferentes texturas y matices.

De los mares interiores de nuestra plástica surge Armando Belmontes, joven que desde los espacios telúricos evoca un mar surcado en navíos de papel. Su aventura plástica es acompañada por la obra pictórica de dos creadores maduros: Antonio López Sáenz y Francisco Icaza, expresiones notables por su búsqueda y recreación de temáticas y técnicas.

Celebrar así estos primeros 50 números es, sin duda, una brisa vivificante… ¡Soltamos las amarras!