Revista Tierra Adentro núm. 130-131
30 años de Tierra Adentro
Octubre de 2004-enero de 2005
112 pp.
A partir de la independencia de México acordada en septiembre de 1821, nuestro país ha vivido certeros momentos que han forjado la fisonomía nacional: en lo político y jurídico las leyes de Reforma de 1857 y la Constitución de 1917; en lo económico y comercial el porfiriato y el llamado milagro mexicano que entró en crisis al iniciar los años ochenta del siglo pasado; en lo cultural la propuesta nacionalista depurada por Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893), y posterior a la revolución, la gran reforma educativa y cultural encabezada por José Vasconcelos.
Otros grandes hitos han fortalecidos el espíritu de nuestro país —como la defensa de la soberanía nacional encabezada por el General Lázaro Cárdenas en los pasados años treintas— pero también se han presentado propuestas y acciones que poco a poco escrudiñan en nuestra múltiple identidad para enriquecerla y propagarla. Es el caso del modelo “Casas de la Cultura” iniciado en los años setenta del siglo XX por el Maestro Víctor Sandoval en su natal Aguascalientes. Los programas culturales a lo largo de toda la provincia mexicana tienen un claro deslinde entre el antes y el después de Víctor Sandoval, sin ignorar, por supuesto, acciones paralelas como la representada por la Universidad Veracruzana o los nombres y trayectorias de otros destacados promotores culturales en provincia como lo han sido por años Saúl Juárez, Felipe Garrido o Marco Antonio Campos, por mencionar sólo algunos.
Al maestro Víctor Sandoval debemos no solamente el sistema “Casas de la Cultura” —ahora Institutos, Consejos o Secretarías— sino una larga lista de talleres, premios y concursos nacionales, publicaciones, museos y galerías, reuniones del pensamiento y análisis, rescate de obras de arte, encuentros y un etcétera casi infinito protegido por la modestia de nuestro también enorme poeta. Si Vasconcelos incendió al país con una bomba de la cual aún se escuchan sus ecos, Sandoval fue construyendo, con paciencia, un hormiguero actuante con entradas y salidas a lo largo del todo el país hasta el día de hoy. En Tierra Adentro estamos de doble fiesta: una, por el reconocimiento a su fundador; otra, por celebrar los treinta años de nuestra revista, publicada por primera vez en el otoño de 1974, en la ciudad de Aguascalientes, como órgano oficial del Consejo Regional del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura Zona Centro.
Para hablarnos de la historia de la revista reunimos textos de Víctor Manuel Cárdenas, Vizania Amezcua y Beatriz Palacios, así como una puntual entrevista con José María Espinasa, quien fuera editor de la revista al iniciar su segunda época, cuando la refundó —podríamos decir— el Maestro Jorge Ruiz Dueñas.
Abren el número en manuscrito y tres poemas inéditos de Don Víctor Sandoval. En la poesía, también, los maestros Eduardo Lizalde, Hugo Gutiérrez Vega y Vicente Quirarte así como los poetas jóvenes Daniel Téllez y Rogelio Guedea. En la narrativa están presentes Felipe de Jesús Hernández, Guillermo Sánchez Arreola y Carlos Oliva Mendoza y en el ensayo, Masha Zepeda con un panorama de las artes visuales en las nuevas generaciones en los últimos treinta años.
Un número para navegar en nuestra historia y para disfrutar como siempre con la mirada y la lectura. Treinta años y número doble para celebrar.