ABRE SUS CIENOS ÍNDIGOS AL CONTACTO
De tu boca, de tus ojos ahondados debo, de tu vien-
[en tus
flancos;
entre mis manos arden, se humedecen
(la avidez se emulsifica a estos bordes,
cobra textura al tenso palpitar de esta piel, cierra su
[esfínter
suave, quemante,
hasta el cúmulo anular,
el dolor). Este canto palpado, lamido al linde
El frío levísimo de tu lengua.
Contraigo (de tus labios, en mi torso se expanden
[-hielos a
astillados-
las puntas nítidas) hasta el ansia.
Vuelto estrechez, contorno, vuelto grito ceñido al
[tacto, mi sexo,
llama lapidada en la cóncava, ungida; intenso vacío
[sucinto,
intersticial;
vuelto a su cadencia compacta, a su yermo adicto;
De tu boca, de tus sombras colmadas, debo, de tus
[ingles, tus
palmas.
Entre mis muslos arde, se condensa -fiebre crispada
[y lenta-
tu imantación; mis labios. Hiedra silenciosa,
[resina, agua
encendida, sílice, mi humedad, funde y conjuga:
[plexo,
calor salino, pulpa sensitiva, apremiante, este
[tímpano penetrable,
este nudo, este exceso vulvar. Busco
el volumen firme que me descentre. La tersura el
[calor henchido,
sedoso, que me fuerce, me desate con su roce
Busco integrar tu sexo (lava que se repliega, costa,
[para envolverlo
lago adensado el ritmo
capilar de esta sed), su abundancia aprehensible y
[lenta, su
densidad, a mis límites; viña
apretada al pulso sorbida al vórtice; cima bullente,
[fulcro
luminoso, el deseo
(lamo en tu espesura candente; vierto) abre sus
[cienos índigos,
al contacto moja.
Los humores, los brillos íntimos, los reflejos
(tus muslos cavan en mis muslos;
tu beso escinde)
de una caricia, el mosto;
UNA LUCIÉRNAGA BAJO LA LENGUA
Te amo desde el sabor inquieto de la fermentación;
en la pulpa festiva. Insectos frescos, azules.
En el zumo reciente, vidriado y dúctil.
Grito que destila la luz;
por las grietas frutales;
bajo el agua musgosa que se adhiere a las sombras.
[Las papilas,
las grutas.
En las tintas herbáceas, instilantes. Desde el taco
[azorado
Brillo
que rezuma, agridulce: de los goces feraces,
de los juegos hendidos por la palpitación.
Gozne
(Envuelto por las carnes nocturnas, por los ruidos
[violáceos,
acendrados, el niño, con la base mullida de su lengua
[expectante,
toca,
desde su tensa, insostenible, lubricidad -lirio
[sensitivo que se
pliega a las rocas
si presiente el estigma, el ardor de la luz -la
[substancia,
la arista
vibrante y fina -con su pétalo absorto, distendido –
(joya que palpita entreabierta; ubres), el ácido
zumo blando (hielo), el marista,
la savia tierna (cábala), el néctar
de la luciérnaga).
TUS LINDES: GRIETAS QUE ME DEVELAN
We must have died alone,
a long, long, time ago.
David Bowie
Has pulsado,
has templado mi carne
en tu diafanidad, mis sentidos (hombre de contornos
levísimos, de ojos suaves y limpios)
en la vasta desnudez que derrama,
que desgaja y ofrece;
(Como una esbelta ventana al mar; como el roce
[delicado, insistente,
de tu voz).
Las aguas: sendas que te reflejan (celaje inmerso), tu
[afluencia,
tus lindes:
grietas que me develan.
Porque un barniz, una palabra espera, vivos y
[muertos, una humedad
fungosa, de cordajes,
de limo, de carroña frutal, una baba lechosa nos
[recorre, nos
pliega, ¿alguien;
alguien hablaba aquí?
Renazco, como un albino, a ese sol:
distancia dolorosa a lo neutro que me mira, que
[miro.
Ven, acércate; ven a mirar sus manos, gotas recientes
[en este
fango, ven a mirarme.
(Sabor nocturno; fulgor de tierras erguidas, de
[pasajes, sedosos,
arborescentes, semiocultos; el
mar:
sobre esta playa, entre rumores dispersos y vítreos)
[Has deslumbrado
reblandecido
¿En quién revienta esta luz? Mira: tienta cómo lo
[internan, cómo
extienden por sus llagas. Desde esta secreción ¿quién
[lo toca?
¿quién
lo alcanza con sus dedos acuosos, quién me entrega,
[los somete?
Has forjado, delineado mi cuerpo a tus emanaciones,
a sus trazos escuetos. Has colmado
de raíces, de espacios;
has ahondado, desollado, vuelto vulnerables (porque
[tus yemas
tensan
y desprenden,
porque tu luz arranca -gubia suavísima- con su
[lengua, su roce,
mis membranas – en tus aguas; ceiba luminosa de
[espesuras abiertas,
de parajes fluctuantes, excedidos; tu relente) mis
[miembros;
¿Y quién amanece aquí? ¿Quién desangra, quién
[reviste, quién
responde
a esa voz? Oye; tiende en ese fallo luctuoso, en ese
[intento segado,
delicuescente.
¿A quién unge, a quién refracta, a quién desdobla?
[en su miasma
Miro con ojos sin pigmento ese ruido ceroso
que me es ajeno.
(En mi cuerpo tu piel yergue una selva dúctil que
[fecunda sus
bordes;
una pregunta, viña que se interna, que envuelve los
[pasillos
rastreados.
-De tus tramas, de sus cimas: la afluencia
[incontenible.
Un cristal que penetra, resinoso, candente, en las
[vastas pupilas
ocres
del deseo, las transparenta; un lenguaje minucioso.)
Me has preñado, has urdido entre mi piel;
¿y quién se desplaza aquí?
¿quién desliza por sus dedos?
Bajo esa noche: ¿quién musita entre las tumbas, las
[zanjas?
Su flama, siempre multiplicada, siempre henchida y
[secreta,
tus lindes;
Has ahondado, has vertido, me has abierto hasta
[exhumar:
¿Y quién,
quién la amortaja aquí?; ¿quién lo estrecha, quién
lo
[besa?
¿Quién lo habita?
Coral Bracho
(Ciudad de México, 1951) es escritora, licenciada en Lengua y Literatura y dicta clases en la Universidad Nacional Autónoma de México.